"Fiftyfifty se define en una sóla palabra: nervio. La Red y las nuevas tecnologías han creado unas nuevas formas de vivir el arte y de trascender a las etiquetas, para crear un nuevo concepto de comunicación donde todos los recursos son válidos y están interelacionados. El final de su andadura es el final de una era, y les explico por qué.

Hagan el favor de bajar esa ceja.

Como daba a entender -y muy bien- Greil Marcus , la historia de la cultura universal se ha definido por una serie de movimientos subterráneos que, aunque minoritarios, han marcado el rítmo de nuestra evolución artística. El dadaísmo, el situacionismo, el punk y todos los "ismos" que se les vayan ocurriendo han sido las fuerzas motrices de la evolución cultural de la era moderna, enterrando sin pudor los reaccionarios y normalizadores valores académicos para que la imaginación tenga un lugar en nuestras bibliotecas, museos y calles. Pero a qué estamos, ¿a setas o a fiftyfifty? Paciencia, que todo ésto nos lleva a algún sitio.

Bajo las bengalas de esa Barcelona ultrafashion, snob, insufrible y pretenciosa de agarrarse el entrecejo y mesarse los cuatro pelos, como pensando en la abstracción del concepto de la salsa tártara y su relación con el apocalipsis en el pensamiento aristotélico -aunque parezca mentira- germinó algo, una inquietud por otra clase de arte: el código. Como en otras ciudades -pocas-, la programación dejó de ser el ghetto de los inválidos sociales para convertirse en algo nuevo, moderno, divertido y excitante. Aquí es donde llegamos a Fiftyfifty.

Si la asociación de ideas es el principio básico de la inteligencia, Fiftyfifty han sido los más listos porque lo han abarcado todo: sesiones de dj (multimedia jockeys), net.art, videojuegos, filosofía, exposiciones internacionales, arte electrónico, copyleft, organización de eventos (Interactivos a la carta para Sonar, Playtime para artFutura), cyberfeminismo, programación de salas, teatro y visuales. Les gusta tanto Fisherspooner como Paul Virilio ; son guapos y divertidos e ilustres miembros de la corte de Netochka Nezvanova . En resumiendo: son los mejores. Y se van .

Pero, como son grandes, se van a lo grande: en su página web encontrareis los directorios de toda su andadura, para que curiosos, nostálgicos y nuevas generaciones de creadores aprovechen su trabajo como mejor les parezca. Eso, y una fiesta ¿no?

Pedro, Mía y todos los demas: muchas gracias y buena suerte."

 

texto : marta peirano 03/2003 : la petite claudine